En las grandes ciudades y en las carreteras los conductores tienden a volverse agresivos. Esto no es porque normalmente sean violentos, sino porque en el tránsito el estrés se apodera de conductores que no controlan sus actitudes. Por otro lado, estos conductores ven a su coche como un refugio donde se sienten protegidos de sus comportamientos hacia los demás.
El estrés del tránsito, además, es un detonador de violencia cuando una persona tiene predisposición para alterarse y ante esto se comporta de manera agresiva.
Es fácil reconocer a los conductores agresivos pues comúnmente hacen “una tras otra”: Rebasan por un lado y por el otro, se pegan al de enfrente y usan las luces, el claxon y la lámina para presionar y meterse adelante. Suelen ir más rápido que la mayoría, inventan carriles y se meten a la fuerza en las filas.
Evita ser un conductor agresivo y controla tus impulsos. Trata de verte desde afuera para entender lo molesto que puede ser. En la medida de lo posible trata de no usar el claxon; usa las direccionales; y trata de ser cordial con los demás. No quieras educar a nadie ni de hacer que otros manejen como tu.
El objetivo es llegar bien a nuestro destino, sin poner en riesgo nuestra vida ni a la de los demás.
Maniobras características del conductor agresivo
• Maneja más rápido que el resto de los conductores
• Cambia de carril con frecuencia
• Gana lugares sin hacer fila
• No usa direccionales
• “Echa lámina”
• Presiona a otros conductores
• No cede el paso
• No respeta a los peatones
Beneficios supuestos
• Llegar más rápido
• Quitarse a los “lentos”
Consecuencias
• Violencia provoca violencia: agresión física o verbal de otros conductores
• Accidentes
Cómo evitarlos
• No entres en provocaciones.
• Evita contacto visual con el agresor
• Permite que se aleje
Cómo evitar serlo
• Mantén el control
• Conduce como el resto de los automovilistas
• Ponte en los zapatos de los demás
• Evita el claxon salvo para evitar accidentes
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